Alma sin licencia, como si la licencia fuese condición sine qua non para la vida, o para la muerte. Alma en pena, viva en cambio, poética, que observa y divaga por lo cotidiano, por lo significante; por un paseo nocturno, con la loca del parque, verbigracia; por las calles de fuego y/o por la madrugada, abriéndose camino.
...Tus labios enhebrados desaparecerán donde los sueños,
mientras tú visitas en silencio el hueco de las palabras.
A veces te redescubro
y un cúmulo de sentimientos te mantienen en la duda.
Hombre ajeno. Siempre ausente. Olvidado.