Ferrol lleva el apellido naval. Inspira y exhala mar. Es la urbe de los astilleros y de la Armada, creada para satisfacer las necesidades de sus Marina. Es también sede de un Museo Naval que atesora la historia y los secretos de un mundo que no deja de apasionar. Por ello, La Voz de Galicia y el Museo Naval de Ferrol se han unido en una colaboración para poner a disposición de los lectores del periódico un libro que compendia historias y anécdotas marineras.
La publicación, con impresión a color, recoge 70 artículos del Museo Naval que ha publicado La Voz en los últimos años, en los que, con un marcado carácter didáctico, se muestran secretos, enigmas y curiosidades de ese mundo.
Bajo el título de Anécdotas y curiosidades marineras, a lo largo de 232 páginas se van desgranando muchas historias que forman parte de nuestras vidas y que, con frecuencia, desconocemos su origen. Por ejemplo, las razones por las que se viste a los niños en determinadas ceremonias de marineros, de dónde procede el ritual de estampar una botella contra el casco de un buque en su botadura, o cuándo comenzó a llamarse babor y estribor a los lados de los barcos.
Sin embargo, también compila artículos con información poco conocida para los ferrolanos, pese a que forman parte de su historia, como una escuela naval flotando en A Graña, o el acorazado que trajo a la ciudad una lluvia de millones del Gordo.
Expresiones
Entre las curiosidades que pueden encontrarse en el libro, dirigido a todos los públicos, se encuentra el origen de muchas expresiones que hemos incorporado a la vida cotidiana y que proceden del ámbito marinero, como salvarse por los pelos, a bombo y platillo, apaga y vámonos, cambia chaquetas, se te ve el plumero, estar baqueteado o estar grogui. Tampoco olvida la publicación el papel y la presencia de la mujer en el mundo naval, recordando que el periscopio de los submarinos fue ideado por una inventora o que hubo una almirante. En definitiva, una amalgama de asuntos de interés para todos aquellos que quieran acercarse a un mundo, el marítimo, sin el que no se entiende Ferrol.