Esta obra nos invita a recrearnos en un paseo de esos que merece la pena dar con calma y nos lleva a mirar desde esta ventana del siglo XXI cómo eran las ciudades asturianas de principios del XX. Todo ello con la reflexión sobre el tiempo y sobre la relación entre las personas como telón de fondo. En definitiva, un cuadro hecho con palabras de un paisaje urbano en el que las pinceladas se dan de forma sencilla para que todo el mundo pueda disfrutarlas y apreciarlas.