a principios del siglo xx berlín, hasta entonces la tranquila capital del imperio, se transformó en una metrópoli densa, abigarrada y agitada. fábricas, barriadas populares, tranvías y espectáculos deportivos son parte del crecimiento de una ciudad marcada por el movimiento, la agitación y la sorpresa. los grandes periódicos populares testimonian la presencia de un nuevo y masivo público lector, y de un tipo de lectura voraz y fragmentaria. en "berlín 1900", peter fritzsche muestra el complejo diálogo establecido entre la gran ciudad y los textos que hablan de ella y que organizan la experiencia de los lectores. orden y desorden son las características de la ciudad metropolitana y de la ciudad textual que construyen los diarios. los diversos escritos que circulan buscan encuadrar las prácticas dentro de parámetros lógicos, pero ese orden es permanentemente subvertido por las noticias y las crónicas, las publicidades y los carteles de anuncios, que persiguen lo novedoso, lo insólito, lo fugaz.