Las órdenes militares se crean con el cambio de paradigma de la iglesia católica en el cambio de milenio y en el periodo que marca la separación entre la Alta y la Baja Edad Media. La Iglesia Católica, o más bien su representante en la Tierra, el Papado, modifica la tendencia inicial de cumplimiento a rajatabla de las órdenes dadas por Jesús: no violencia, paz, ofrecer la otra mejilla y que venía suponiendo una continua separación respecto a todo lo bélico y militar por una nueva idea: los Milites Christi, los cuales serán la representación del brazo armado de la Iglesia y su control y poder temporales. De entre todas las órdenes que se fueron creando en esos momentos, una de las más importantes tanto a nivel peninsular como internacional fue la que será objeto de este libro: la Orden de Santiago.