Que usted no sienta pasión por los trenes, que no le interesen enabsoluto, que los aborrezca o incluso que le repugnen, no significaque no necesite saber su historia. Nos gusten o no nos gusten formanparte del paisaje en el que vivimos. Y su presencia en este paisaje,igual que la de las iglesias y los pantanos, igual que los inmensoscampos de colza o las urbanizaciones semi desiertas, no tiene unanaturaleza arbitraria. Es por eso que esta noche intentaremos hacer un ejercicio de memoria. Con la esperanza de hacer al mismo tiempo unejercicio de justicia.