Libertad para escribir o para salir de Rusia. Son las dos alternativas que el dramaturgo Mijail Bulgakov le plantea a Stalin en una carta escrita en 1929 en Cartas a Stalin: no soporta mas el silencio al que le ha condenado la censura. Cuando por fin recibe una llamada del dictador y se abre una rendija de esperanza, la linea se corta. A partir de entonces no cesara en su empeño de reestablecer la comunicacion con Stalin, y Bulgakov se convierte en un escritor dedicado a un solo lector y atormentado por la falta de respuestas. Inicia entonces un periplo por la locura y la desolacion que lo llevara a navegar entre la realidad y el delirio