A través de sus versos descarnados, el poeta Mario Martín Valencia traza sutiles mapas de geografía interior y nos coloca ante la mirada incómoda que no queremos atender. Un cara a cara frente a esa ceguera de la peor condición, la autoimpuesta, situándonos en unas coordenadas de ineludible contemplación amputada, aquella que ha evitado a toda costa ver el mundo desde el prisma de los desfavorecidos, de las perdedoras, de las ignoradas, de los olvidados, los exiliados, las refugiadas... Sin embargo, los poemas aquí reunidos nos brindan una suerte de conjuro desde el alma cítrica que brota una vez tras otra en aquellos a quienes, por distintas razones, la vida les ha arrebatado su voz en escenarios de pantalla y jauría. Saberse perdido en plegarias de semilla breve, mas nunca vencido.
Cartografía de un latido limón es un poemario actual, vivo, desgarrador. Retumba en nuestro interior como las aguas subterráneas abriéndose paso desde las entrañas de la roca.