Vivimos cautivos de una mentira tan bien diseñada, que es mentiraincluso que todo sea mentira. La realidad que soporta el hombrecorriente es producto de una ficción, y este espejismo, activado porlos mass media y la industria del espectáculo, se juzga más real quela verdad ontológica. Esta quimera de libertad nos hace olvidar quetodonuestro entorno se guioniza y tramita, desde siempre, a través dedos nivelesde realidad: en el de la superficie, se nos muestra el relato oficial, una ficción digerible, falseada e insidiosa; y, en lo profundo, seoculta la historia verdadera, secreta y criminal. El Régimen que nosdomina es una hidra de dos cabezas: ultraliberal en lo económico, ykrausista en lo sociopolítico. Pero no solo la élite socioeconómicaarticula esta distopía delirante; el individuo normal participa de supenosa situación: su falta de compromiso con su propia virtud leconvierte en cómplice del desaliento colectivo.Cautivo y desarmado? no aspira a ser un bestseller, ni a hacerhistoria. Su mirada, ácida y multidisciplinar, se aleja y desmonta elmodelo (tesis-antítesis-síntesis) que salvaguarda las estructura