En el año 1907, el explotador anglo-irlandés Ernest Shackleton se embarcó en una nueva aventura antártica. Había iniciado su experiencia polar años antes, como tercer oficial de Robert F. Scott, con quien participó en 1902 en el primer intento por alcanzar el Polo Sur. Tal fue su fascinación por la Antártida que nada más regresar decidió volver y, en este caso, liderando su propia expedición.