«Saber que tu dolor y tu angustia no son nuevos, que existen desde que el mundo es mundo, no ayuda nada». Esta reflexión podría ser el punto de partida de un poemario que nace del desgarro de su autor, a la manera de Louise Glück en Ararat, de Jorge Manrique en Coplas por la muerte de su padre, como lo entendiera Mario Benedetti: «Después de todo, la muerte es solo un síntoma de que hubo vida» o como encontramos en el poemario de García Montero dedicado a su esposa Almudena, Un año y tres meses, desaparecida en la misma fecha que el padre del autor. Tiempo este, a modo de casuística y de numerología cabalística, que pasó entre las dos perdidas de sus progenitores. Igualmente, significar la importancia de la música clásica sacra para el autor, que inspira muchos de sus versos ?incluido el título de la obra misma?, influenciados por el bálsamo que suponía dicha audición en aquella etapa existencial y de tránsito espiritual. Autores que abarcan desde la Edad Media hasta la actualidad como