AZNAR ALCEGA, MARÍA DEL CARMEN
Este cuento trata de acercarnos a la «mirada de los niños». Cuando un niño mira, no entiende de colores o de razas, lo que busca es la sonrisa, la complicidad y la alegría. Y disfruta al encontrar ese gesto de cariño que le invita a compartir su juego o, en este caso, su baile, que sirve como hilo conductor de la historia.
Nos invita a pensar que la esencia de un niño no es racista; que los prejuicios aparecerán después, según los modelos que tenga.
Ojalá que al crecer pudiésemos mantener todos esa «mirada de niño», que busca dulzura y encuentro, en lugar de diferencias y conflictos.