De Amores, rebeld¡as y m s: La memoria rebelde La poes¡a es fatalista por naturaleza, podr¡a decir nuestro poeta Michael Lima. Se escribe contra el destino no para salvarse de sus garras, cosa imposible, sino para aprehenderlo y comprenderlo, para robarle su sentido £ltimo, su esencia. La encrucijada que une en el espacio-tiempo al poeta con su amada lleva en s¡ la desgracia, que ser¡a una desgracia especular, en cierto modo la desgracia de todos los amantes, condenados a descubrirse a si mismos en los ojos de la amada como Narciso en su reflejo en el agua. El amor se expresa tambi‚n en el rostro de la amada y en su cuerpo, un sol de verano sin sombras. Una concepci¢n muy rom ntica del amor como ideal, pero un ideal no exento de pasi¢n y pena. En este poemario la poes¡a se busca y se halla en el fondo del alma, realidad de un mismo sue¤o, pero el amor es fuente de vida, y su ausencia fuente de muerte. As¡ la amada es ideal de vida, es decir, destino, fatalidad ya desde el primer momento, el momento del primer amor. Pero el poeta, que escribe desde el recuerdo, sabe que s¢lo la poes¡a puede salvarlo de este p
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