Desde la noche de los tiempos, la humanidad ?sus ancestros entonces y la actual? siempre se ha hecho preguntas para las que no tenía ni tiene respuestas sencillas, irrefutables y universales. Frente a la pasividad y aceptación de la existencia que muestra el resto de las especies del planeta, solo una se cuestiona la pregunta del origen y el fin de la propia vida; sin dejar de sufrir las mismas inclemencias de la interacción entre las condiciones de un medio dinámico y cambiante, y el propio individuo en su doble condición, como ente aislado y elemento social.
Abrumado por la dimensión de los fenómenos que observa y soporta, recurre a las únicas herramientas que le son inherentes: imaginación y razonamiento, llegando por un proceso deductivo a conclusiones que han marcado la historia de la Humanidad. Surge así la idea de los Dioses, seres capaces de crear y provocar los efectos que él mismo no puede controlar. Necesita de esa figura todopoderosa, omnipotente y omnipresente, cargada de simbolismo y capacidades mágicas para darle sentido a su limitada existencia.
Este poemario va de esa estre