En Delirio David Grossman aborda el tema del «enemigo» desde el  punto de vista más íntimo: solo existimos si alguien nos mira, nos ama o  nos odia, hasta el punto que estamos dispuestos a construir rivales con tal de sobrevivir.La anécdota es simple: Elisheva, la esposa de Shaul se ausenta de casa  cada tarde para ir a nadar, o eso es lo que ella dice. Deja el  apartamento con una bolsa de gimnasia en bandolera y vuelve al cabo de  una hora con el pelo mojado y el rostro relajado... A partir de ahí,  Shaul imagina cosas bien distintas: ve a su esposa con otro hombre, nota  sus caricias, oye sus palabras, sabe -como todos  los seres celosos  creen saber- que con ese hombre Elisheva se atreverá a juegos que nunca ha experimentado con él.El delirio llega a tal punto que Shaul nos convence a todos de que el  adulterio es real, y seguiremos a ese marido despechado en un  viaje  nocturno que supuestamente le llevará al escondrijo donde se refugian  los amantes. Quien le acompaña es su cuñada Esti, una mujer de mediana  edad que se embarca en esa aventura sin saber bien qué le espera.Ella conduce, él está echado en el asiento trasero, y así, sin mirarse,  cada cual cuenta su historia con esa soltura con que a veces nos  sinceramos con un viajero que casualmente comparte nuestro asiento en un  tren. Al final, poco importa si de verdad este hombre  desesperado  encontrará a los amantes. La realidad pura y dura es lo de menos; lo que  queda y cala hondo es el dolor de un ser humano que necesita del de un rival para definirse a sí mismo y definir su mundo.Críticas:
«Grossman es uno de los más grandes novelistas de nuestra época, capaz  de convertir en universales historias mínimas y de dar vigencia local a grandes temas ancestrales.»
Alberto Manguel, Babelia«Las descripciones de Grossman son profundamente eróticas,  estremecedoras por sus detalles físicos. Sus frases son vertiginosas, embriagadoras.»
The New York Times Book Review