®Deporte es salud¯. Esta afirmaci¢n parece no resistir cuestionamientos. Este lugar privilegiado, ?m gico?, parece fundamentar la ense¤anza deportiva, reconocida como verdadera escuela de democracia. Pero? ¨Qu‚ se ense¤a, al ense¤ar deportes? ¨Qu‚ relaciones existen entre estilos did cticos y discursos subyacentes? Estas preguntas permitir n adentrarse en las funciones manifiestas y latentes asignadas, pudiendo replicar en diversos espacios geogr ficos o simb¢licos, generando reflexi¢n sobre las pr cticas. Esta mirada sobre espacios formales y no formales de ense¤anza, encuentra continuidades y rupturas que invitan a analizar la capacidad profesional de intervenci¢n pol¡tica, proporcionando elementos para construir pensamiento cr¡tico, ÿy organizaci¢n social aut¢noma.