Compañero de juegos para niños, escolta de paseos para adultos,intrépido galán entre otras perras, pero sobre todo, fiel a 168 casas. La historia verdadera de Diki nos demuestra que la inteligencia delos animales, en ocasiones, no conoce límites. De la misma manera, elbuen corazón de todos los vecinos y vecinas que lo cuidaron, hacen que este relato se convierta, para siempre, en la muestra del compromisocon un perro que nació callejero, pero enseñó a toda una comunidad laesencia del amor puro que debe existir entre las personas y losanimales.