Estábamos en la redacción. Atacados. Y yo (que soy David) le llamé a él (que es Fulgencio).
-Ful, estoy mirando lo de las opiniones, los columnistas, ¿qué me sugieres del mundillo de la Cultura, de la Universidad...?
-Paco Flecha -dijo sin dudarlo ni un segundo.
-Cojonudo. (Perdón, pero si hay que contar la conversación hay que contarla y no se me ocurre mejor definición de lo que sentí) ¿Querrá?
Así fue como Paco Flecha columneó, filosofó, enseñó a andar por la vida a Tarzán y, sobre todo, arrimó el hombro en auxilio de los amigos. Cuando ya vio que "el neno andaba" nos recordó que habían sido malos tiempos para debutar y si ya habría cumplido.
Con creces.
David Rubio y Fulgencio Fernández