Te hablaré, Egwyddor, de las plagas. A ti no te llamarán corrosión hedor ácido, van a relegarte al espacio enmohecido detrás de las bañeras. Si pueden, harán de ti una deidad del lodo dirán de quienes te soñamos que somos del lodo. Las plagas no dormitan en invierno pero temen al frío. Las plagas adoran el verano. Si no se muestran frente a ti en su fuerza es porque son erradicadas. ¿Cuál fue nuestro fruto?