Tal como los define el propio San Ignacio de Loyola al comienzo del libro, los Ejercicios espirituales abarcan
todo modo de examinar la conciencia, de meditar, de contemplar, de orar vocal y mental, y de otras espirituales operaciones.
De modo que ésta es una obra de meditación y de oración donde el fundador de la Compañía de Jesús, partiendo de su propia experiencia, propone una guía espiritual. Durante siglos este es el libro de cabecera de quienes están dispuestos a retirarse del mundo durante cuatro semanas para depurar sus almas.Las meditaciones, contemplaciones y repeticiones realizadas durante los días de retiro ayudan a observar la vida propia con mayor claridad. Conducen al espíritu y lo orientan hacia un progresivo perfeccionamiento moral.Los Ejercicios espirituales que San Ignacio de Loyola propone en esta obra deben ser practicados más que leídos. Se inspiran en obras como La vida de Cristo del cartujo Ludolfo de Sajonia, que contribuyó a su conversión, y La imitación de Cristo de Kempis. Sin embargo, van más allá en el hecho de que no requieren