Esta historia comenzó cuando, como cada mañana a la misma hora, el abuelo Elo salió a dar un paseo. Había preparado aquella excursión a conciencia, pero no había previsto lo que estaba a punto de sucederle: vislumbró en la distancia lo que parecía una oveja enredada en una zarza. Pero no se trataba de una oveja, sino de una pequeña nubeà ¡Y realmente resultó ser un regalo caído del cielo!