No existen otros caminos que no sean los que, a trav‚s de este cuento, al banco de tanto pensar te puedan acercar ya que, hasta ese asiento? solo se puede llegar atravesando l¡mites de fantas¡a y una vez logres encontrarlo, all¡, con amar y amor, podr s poner soluci¢n a las trabas que expone la vida antes que del todo tu imaginar consuma. Jam s tendr s temor a maldad que te persiga si, por primigenios ecosistemas, hallando armon¡as por ellos? al lado de Mayor Duende, abrazando rboles, transitas conoci‚ndolo. Corre, salta, anda, esquiva cumbres y disfruta porque, ante cualquier contratiempo que a la espalda se te pueda desplegar? habr un bast¢n que, movi‚ndose con destreza intuitiva, de ti cuidar . Medita un paseo descubriendo espacios inmensos y qu‚date con la boca abierta cuando, al comp s de tus pasos, suene el tintinar de un cascabel? de Perruna escuches su ladrar? as¡ mismo de Borrega que, con balidos inconfundibles, har henchirte el alma de sensible manera. Si en tus andanzas por esta leyenda negros aparecen los cielos, abr zate a Lluvia de Madrugada y queri‚ndola, desaparece junto a ella?
