?Lo m¡o no es derribar puertas a puntapi‚s, sino probar llave tras llave hasta o¡r el suave clic que tranquiliza y gratifica. Debo reducir las inc¢gnitas, para lo cual antes tengo que analizar el Gran Misterio, dividirlo en los peque¤os misterios que lo conforman, tomar uno, investigarlo a fondo, rastrear sus ra¡ces y consecuencias. Una vez que termine con uno, pasar a otro y someterlo a la misma inquisici¢n. Salvo que no sea necesario porque podr¡a bastar con uno, uno solo podr¡a entregarme las claves. Si no fuera as¡, seguir con un segundo, un tercero, triangular, comparar, si es necesario agotar toda la provisi¢n de misterios, cosa que me llevar¡a una eternidad. Claro que en el camino podr¡a arriesgar una generalizaci¢n, y ponerla a prueba, y dejar descansar por unos minutos al pensamiento cansado?.