Con el paso del tiempo y observando en la actualidad este mundo que parece haber enloquecido, este libro, este mapa, podría incluirse hoy, metafóricamente hablando, entre los protocolos de emergencia que activar ante el nivel de alerta alcanzado por el individualismo que impera en la sociedad.
Por un lado tenemos el océano infinito que todos navegamos y, por otro lado, lo que de mar encierra nuestro particular horizonte, los escenarios de dos diferentes percepciones de nosotros mismos y de todo cuanto nos rodea, los escenarios de dos distintas realidades que han de convivir.
En este libro teoría y práctica se diluyen iluminando, entre otras cosas, la condición de artista que aquí se atribuye a todo ser humano y el hecho de asumir individualmente esa condición a fin de no limitar nuestras vidas a lo que de mar encierra nuestro particular horizonte. Empleando una terminología propia y redefiniendo conceptos como el de amor, capítulo a capítulo se va desplegando sobre la mesa el mapa que este libro representa donde no hay rumbos trazados, tan sólo una extendida invitación a ubicarnos en el mismo.