La medicina, a pesar del asombroso avance logrado por la investigaci¢n cient¡fica y t‚cnica, sigue siendo ?una ciencia imperfecta? y, por ello, tambi‚n lo es de la incertidumbre y las dudas. Mi experiencia de m s de 35 a¤os constatando de cerca la evoluci¢n de la medicina, la tarea exigente de los m‚dicos y las actitudes de los pacientes como respuesta a la utilizaci¢n de los hallazgos de la ciencia para el tratamiento de sus enfermedades, me permiti¢ advertir y, parad¢jicamente, concluir que las expectativas de ‚stos ahora se han tornado m s exigentes; pretenden, cada vez m s, mejores resultados del accionar terap‚utico de los m‚dicos; los ven m s poderosos pero menos cercanos.