Estos cuentos nacen de una mirada hacia el mundo rural exenta de cualquier romanticismo e idealización, como sí percibo en bastantes de quienes han decidido hoy dejar la ciudad para refugiarse en los pueblos, una arcadia que debe más a la imaginación de la literatura que a la realidad. No se trata tanto de regresar al campo para reproducir el modo de vida de las ciudades como de “resalvajizar” el mundo rural