Sobre Sevilla se ha escrito mucho y bien de su historia, su cultura y, sobre todo, del crisol de pueblos que la han ido conformando, día a día, siglo a siglo. Pero no cabe duda de que también ha sido objeto de envidias, rencores, de decisiones políticas, que le han mermado —junto con las epidemias y periódicas inundaciones que la azotaron— su capacidad de expansión, pese a haber sido llave del mundo. Y aunque así se escribe la historia, también de igual modo se transmiten las historias con minúsculas que sobre ella han versado. Pero no lo sabemos todo. J. F. Creagh nos enseña que aún hay mucho que conocer sobre una de las ciudades más fascinantes del mundo.