Nunca me habría imaginado a Charlot dominando la esfera mágica con sus andares tan característicos, corriendo la banda en un campo de fútbol como un extremo elegante disfrazado de Messi o de Cristiano Ronaldo Del mismo modo, tampoco habría soñado una definición de Charles Chaplin tan esplendorosa : Cuando veo un partido de fútbol, no solo veo veintidós hombres corriendo detrás de un balón; veo algo más, veo algo divertido, muy divertido: a veintidós hombres que, como en mis películas, se acercan y se alejan; se caen y se ponen de pie; se juntan y se separan, se buscan y no se encuentran Y entonces me río .