En 1925, la editorial George G. Harrap de Londres realizó un nuevo encargo a Harry Clarke, que en su propia opinión, sería el mejor de sus trabajos, y probablemente uno de los más curiosos: el poema dramático "Fausto", de Johann Wolfgang von Goethe. La virtuosa ejecución de las más de setenta imágenes que iluminan esta tragedia deslumbra por su perturbador estilo vanguardista.