Esta comedía fue un auténtico "tour de force" para mí, porque me impuse el renunciar a la acción y me forcé a basar todo el interés de la pieza en los diálogos y en un grupo reducido de actores que están en escena durante toda la obra. Un "tour de force" también para los actores. El argumento: en una "época barroca" llena de anacronismos, una compañía de cómicos burgaleses que van camino de Santiago se pierden en un bosque. Dos de sus actores, el que hace de "Hombre inocente" y la que hace de "Perdón Divino", se han escapado con su dinero y sus ropas.