Laura Villar ha escrito un libro de poemas que se titula La ciudad. Antes, sin embargo, hay otros lugares. Se intuyen en las elipsis, en los rastros de la palabra escrita. Antes de los edificios están los espacios vacíos, las cuevas, los rincones vírgenes. La arquitectura poética clama a la memoria, a la arqueología de la emoción. El frío cosmopolita es la herencia de los campos veraniegos.