Hay libros condenados desde su mismo nacimiento al silencio, lo que corrobora, como escribiera Mario Benedetti que el olvido está lleno, rebosante, de memoria. En este sentido, no se comprende muy bien por qué La guerra, último libro publicado en vida de Antonio Machado, no ha sido incluido hasta hoy como entrega unitaria dentro de las diversas ediciones de su obra completa. Lo más fácil es achacar el lapsus a que los diversos poemas y ensayos que componen el mencionado volumen ûsiete en total, fechados entre agosto de 1936 (Madrid) y mayo de 1937 (Valencia): «Los milicianos de 1936», «El crimen fue en Granada», «Apuntes», «Meditación del día», «Carta a David Vigodsky», «Al escultor Emiliano Barral» y el celebradísimo «Discurso a las Juventudes socialistas»û aparecieron en periódicos y revistas durante los dos primeros años de la guerra civil, forzando a los editores a fagocitar dichos textos, y por extensión la idea unitaria con la que fue concebido el libro, en beneficio de posteriores antologías fragmentarias o del doble marco de género que reúne por un lado la prosa por el otro la poesía machadiana del p