Sevilla, ciudad que desde siempre, salvo en algunos momentos que noquisiéramos que se repitieran, se entregó de forma muy favorable a lacelebración de todo tipo de manifestaciones populares religiosas,encuentra en esta obra una descripción detallada de esa religiosidadpopular a partir de una magnífica documentación existente en nuestraHemeroteca Municipal sevillana, de donde se extrae, día a día, unconjunto de referencias a lo largo de la primera década del siglo XX,constituyendo, como afirma en el prólogo Abel González Canalejo, ?unprecioso mosaico donde cada piececilla es una noticia publicada por la prensa sevillana entre 1901 y 1910, y a través de cuyo conjuntobrilla ?luminosa y polícroma- la Sevilla de aquella época?.