Cuando el cadáver de una actriz aparece en Madrid, Leopoldo González,una vieja gloria del cine y de la televisión de superhéroes de los 90, que intenta darle un empujón a su carrera profesional, recibe unamisteriosa carta sin remitente. A su vez, Marcos Arévalo, excompañerode profesión de Leopoldo y heroinómano, recibe la misma carta con lamisma frase: Los pecados del padre. Ambos deberán aparcar susdiferencias antes de que más cadáveres sigan apareciendo y se descubra el tormentoso pasado que comparten en una carrera contrarreloj en laque sus propias vidas también están en juego.