Nuestro planeta se muere. Las medidas de los gobiernos llegaron demasiado tarde. Sus decisiones, cobardes y atropelladas, resultaron in£tiles. Las sucesivas crisis econ¢micas y sociales derivadas del agotamiento de los recursos y los efectos del cambio clim tico arrasaron con todo y convirtieron la Tierra en un erial irreconocible. La £nica esperanza para una humanidad agonizante fue abandonar el planeta que fue su cuna. Ante la inminencia de la extinci¢n se encarg¢ a la corporaci¢n BioLife la construcci¢n de un ascensor espacial y la terraformaci¢n del planeta Marte. Hoy, Ovocity1 es una realidad: la primera ciudad humana construida en suelo marciano.Solamente algunos pudieron permitirse el coste de ese viaje y establecerse en la claustrof¢bica Ciudad C£pula, el resto subsiste a£n en un desierto decr‚pito de suciedad y delincuencia, hacinado en alguna de las terribles ciudades colonia. Nueva µmsterdam es una de ellas. Esta noche una lanzadera clandestina ha abandonado el planeta rojo con destino a la Tierra. Dicen que en busca de un secreto oculto en el antiguo orfanato de Humpdington Creek, un lugar maldit