Humillado por su mujer. Ofendido por la vida. El germen de
la semilla del mal brota en su interior. Todos creen que Víctor
es un monstruo y él comienza a creerlo. En una realidad que
no parece ajustarse a los cánones de la sociedad, se confirma
que los entresijos de la mente son insondables.
La rendición se presenta como un viejo fantasma con pijama
de rayas para mostrarle el camino hacia una dimensión hasta
entonces desconocida