Los misterios de Barcelona (1844) fue a primera narración contemporánea del siglo XIX, en la línea de Les mystères de Paris (1842-1843) de Eugène Soe, Los misterios de Madrid (1844-1845) de Juan Martínez Villergas o Les mystères de Londres (1843-1844) de Paul Féval, que novela la vida de otra ciudad europea como la capital catalana de Barcelona. Josep Nicasi Milà de la Roca pertenece a una gran familia barcelonesa de navegantes, marineros y mercaderes que empleado en el resguardo marítimo (aduanas) y seguidor de Isabel II en las guerras dinásticas de los Borbones, aprovechó el accidental ocio de funcionario, y en palabras suyas «arremeto tan temeraria empresa, que no es floja en verdad, la de escribir los misterios de una ciudad que tantos y tan raros los encierra».
En palabras de Milà de la Roca Los misterios de Barcelona explica «un mar de usureros, hipócritas, petardistas, lupanares, garitos e intrigas». Una trama narrativa en base al hilo del papel «romántico» de la mujer, desfilan escenas de supersticiones y magia cutativa, la corrupcion política y administrativas de los comisionistas (pessigaires), las revoluciones del siglo xix en la ciudad, la colonia de ultramar de Cuba y la primera guerra carlista en Barcelona.