Hay inocencia en los tortuosos juegos de Los ni¤os no menos que en la lucha de poder fraterna que va revel ndose en su trasfondo y proporciona, al decidirse, el desenlace. La experiencia es la amorosa, espec¡ficamente la de amores ocasionales, sin compromiso?y del inopinado retorno de alguno. ¨C¢mo mantener todav¡a la distancia, c¢mo ignorar los antecedentes de la relaci¢n actual? El secreto resulta entonces conveniente y de hecho indispensable: en cuanto se transgrede, todo se termina. El sue¤o del feliz reencuentro no soporta la luz del d¡a.