En un contexto de evocaciones y recuerdos surgió la única novela que escribió Concha de Marco, lo último en lo que trabajó. En esta etapa de senectud, la soriana ha decidido desnudarse ante una suerte de autobiografía ?narrada con rasgos ficcionales y poéticos? sobre su dolorosa invisibilidad como mujer y como escritora en ese exilio interior de posguerra, en el que malvivieron tanto ella como su marido. Una novela dentro de otra novela, un «Tratado de la insurrección» de esos tigres que son ellos y que se rebelan ante una transparencia impuesta intentando caminar dignamente «por ese laberinto que puede ser selva o desierto, es decir, la vida, pues de ambas cosas tiene».