Una mirada suele entrañar una ojeada rápida al pasado. Eso hace Lostres frailecillos con lo que nos sucedió al planeta a principios de2020. Sin embargo, al mismo tiempo que lo reflexionamos, queremos dara conocer lo que vivimos y lo que percibimos en los meses queestuvimos recluidos entre marzo y junio de ese año. Se nos ocurriómontar una misa por las redes sociales y estas páginas son elresultado de esa experiencia, puesta ya con la perspectiva que da laesperanza de ver su final y el surgimiento de los viejos problemasque, por desgracia, tal vez jamás nos habían abandonado del todo. Setrata, pues, de un recuerdo amable, que fue tan extraordinario quecreemos que lo podemos dedicar a todos cuantos se asomaron incrédulosa nuestra casa y a los balcones durante aquellos momentos extraños que nos marcaron para siempre la vida. Nuestra mirada, en definitiva, es, curiosamente, inédita, más allá de lo mucho que se ha publicado sobre un asunto desde la perspectiva jurídica, económica, médica,autobiográfica o sociológica.