Gatos que pierden la fe, perros con aires de grandeza, ratas en Usera, terapeutas de barrio, cevicherías, sushi, un Taco
Bell de camino a casa en la línea 6 y flechazos de amor en el trayecto de la mañana. El sueño del éxito en la capital:
artistas de provincia que retratan en el Retiro y profesores de arte con amor vacui hacia su propio cuerpo, cruising en el
Corte Inglés y eventos privados con gin tonics imposibles. El sueño de la independencia nos llevó a buhardillas
chiquiticas en el centro, peleas en el rellano, hacer running con amistades ligeras y no querer ascender en el trabajo.
Jazz en salas de conciertos con público selecto, arroz fullero al volver a casa, Tinder, Papá Noel harto de youtubers, dos
lechones, androides contra las cotorras en la Casa de Campo, conductoras de VTC en turno de noche, y otros muchos
personajes para quienes Madrid solo les dejó una frase motivacional en un sobre de azúcar.