Durante catorce años -y otros dos que jamás imaginaron vivir-, Anabel y Publio compartieron una historia
hecha de encuentros, ausencias y confidencias. A las puertas de una despedida inesperada, él le confía un último encargo: narrar su vida y su amor para que no se desvanezcan.
Mientras atravesaba el horizonte se convierte así en un puente entre dos memorias, la de ella y la que él le regaló. Entre la emoción propia y la promesa que juró cumplir, la autora construye un relato íntimo y sin artificios, la crónica de una despedida que también es certeza: la voz de quien se ama puede resonar más allá de la última palabra.
Más que una historia de amor, este libro retrata la huella que deja una vida y cómo esa huella se convierte en horizonte para quien permanece.