Este trabajo, enmarcado en el cuadro de la ‘antropología marítima', es un viaje a través de la memoria narrada por las mujeres pescadoras de la bahía de Pasaia (Gipuzcoa). Rosa García-Orellán acude a ella desde un presente que trata de mostrar un mundo largamente invisibilizado. Metodológicamente considera la memoria como conceptualizadora social existente en la colectividad, pero que es preciso abstraer en el proceso de investigación. Adquiere así entidad, a través de las memorias individuales, recorriendo la vida y las identidades de las más de ciento veinte mujeres entrevistadas durante el trabajo de campo.
Las mujeres pescadoras pondrán en marcha estrategias familiares y laborales, identificadas a través de tres generaciones diferenciables. En primer lugar, de aquella educada durante la República –niñas y jóvenes de la Guerra Civil– cuya actividad laboral se verá confrontada al ambiente sociopolítico limitador, propios de la posguerra. Junto a ellas contrasta la situación y categorías de la generación nacida a partir de 1939, educada en las primeras décadas del franquismo y bajo la ideología del nacional-catolicismo. Y en tercer lugar de la nacida a finales de los años cincuenta y principios de los sesenta, coincidente con el “desarrollismo” económico pesquero.
La importante emigración de mujeres y hombres desde Galicia, cambiará la fisionomía de Trintxerpe, en un continuo ir y venir, en función de la consolidación de una destacable flota de arrastre y de la intensificación de la pesca del bacalao en aguas de Terranova. Si la presencia de bateleras y cargueras fueron importantes, posteriormente el trabajo de las mujeres será fundamental, presentes en los lavaderos, túneles y rederías, así como a pie de muelle en la entresaca del pescado. Participarán asimismo en la acogida de ‘pupilos', contratación de marineros, pertrecho de barcos, tiendas de comestibles, todo ello en torno a una intensa actividad pesquera y portuaria industriales.
La ebullición laboral, impedirá el cumplimiento del ideario falangista que trataría de restringir la ocupación de las mujeres en el espacio público. Pero no solo van a seguir ocupándolo, sino desarrollando actividades como la venta de pescado, el contrabando, los negocios inmobiliarios, etcétera. No obstante, el ideario dictatorial permeará los trabajos asalariados, imponiendo sueldos inferiores y cerrando la posibilidad de desempeñar puestos de dirección, en empresas como PYSBE y otras del sector pesquero industrial.
