¿Vivimos una auténtica democracia? ¿Elegimos a nuestros políticos
para representar nuestros intereses o se eligen ellos para defender los
suyos? ¿Nos cuentan la verdad los medios de comunicación o cuentan
la verdad de nuestras élites? ¿Se ha perdido el buen gusto? ¿A qué
actividades dedicamos los mejores cerebros? ¿Gobiernan los buenos
o manda la codicia? ¿Por qué no tenemos hijos? ¿Estamos dispuestos
a defender nuestro modo de vida? ¿Estamos ante el final de la cultura
occidental? ¿Nuestro mundo se asemeja al auge, al esplendor o a la
decadencia de Roma?
A todas estas preguntas se propone responder el autor como un
observador lejano y cercano a la vez, mirando hacia atrás en el
tiempo, a los clásicos y a los que hace unos años pronosticaban ya
el ocaso del mundo occidental, observando un presente incierto en el
que reinan la mentira y la hipocresía, previendo un futuro que asusta a
nuestros jóvenes, deseando equivocarse.
Hay más mundos.
Hay vida más allá de Occidente
