NACIMIENTO DEL CANTO
Hay poemas que nacen a la hora del gallo, / como en los tiempos en que al alba repetía: / Oh Dios, tu eres mi Dios, por ti madrugo, / mi alma está sedienta de ti;
otros que surgen cuando pasa la jauría / y hay alguien que yace en lo oscuro / con los ojos abiertos y el cuerpo cribado;
hay versos que se hilvanan en la espera / de una sala de hospital, de un andén, / de que llame un amor incomprensible: / líneas que la noche avienta por pudor / con su aliento de lobo.