La ofensiva llevada a cabo por el Cuerpo de Ejército asturiano en noviembre/diciembre de 1936 contra Oviedo y su “pasillo” de comunicación con la retaguardia no había tenido anteriormente por parte de los historiadores de la guerra civil en Asturias el tratamiento que se merece. Su discontinuidad en el tiempo, su aislamiento en un espacio geográfico muy concreto y, sobre todo, su total y absoluto fracaso han hecho que, en muchas ocasiones, no se la considere propiamente una ofensiva, sino una parte más de los reiterados ataques de que fue objeto la capital asturiana a lo largo de los quince meses que duró su asedio. Incluso aquellos que la consideran una auténtica ofensiva suelen tratarla como un hecho aislado, independiente de los ataques que, coincidiendo en el tiempo, tuvieron lugar en los frentes de Álava y Burgos-Palencia.?
