Esta obra refleja como desde el siglo IX, el pequeño reino de Asturias mantuvo viva la llama del cristianismo en la Península Ibérica, con un estilo innovador de arquitectura prerrománica que desempeñaría, más tarde, un importante papel en el desarrollo de la arquitectura religiosa de toda la Península. En sus páginas el lector descubrirá los secretos de las iglesias de Santa María del Naranco, San Miguel de Lillo, Santa Cristina de Lena, San Julián de los Prados y la Cámara Santa de la catedral de San Salvador entre otras grandes obras.