Esta es una sociedad extraña en la que la mayoría anhela vivir muchos años y con buena salud pero que funciona de espaldas a las personas mayores. Las muertes de personas mayores en las residencia durante la pandemia, la infantilización de un colectivo que se ha mostrado como homogéneo hasta en su vulnerabilidad o la falta de espacios de participación y de puesta en valor de las personas mayores son síntomas de un problema estructural. Habitamos una sociedad edadista que invisibiliza a la mayoría de las personas mayores y que gestiona con torpeza la necesidad natural de cuidados. En este libro, seis voces autorizadas y críticas, sitúan el debate y nos ayudan a entender muchos de los temas clave que sería necesario abordar para que el envejecimiento deje de ser considerado un problema, para que dejemos de tirarnos piedras sobre nuestro propio tejado.