PLANTAS MEDICINALES

PLANTAS MEDICINALES. EL DIOSCORIDES RENOVADO SALUD MEDICINA NATURAL

Editorial:
PENINSULA
Año de edición:
Materia
MEDICINA
ISBN:
978-84-9942-349-4
Páginas:
1318
Encuadernación:
CARTONÉ
Disponibilidad:
Disponible en 5 días

70,00 €

Publicado por primera vez en 1961 y reeditado desde entonces varias decenas de veces, vademécum imprescindible para especialistas y aficionados, Plantas medicinales, el libro que Pío Font Quer (Lleida, 1888-Barcelona, 1964) escribió hace más de medio siglo, y que Península recupera aquí en una edición renovada, conmemorativa de los 50 años de la muerte de su autor, supone un hito no superado en el género y sigue siendo hoy un manual de referencia indispensable para farmacéuticos, médicos, veterinarios, herbolarios y naturistas. Sus más de 1.000 páginas, 678 especies reseñadas, 752 figuras originales, 58 mapas, 33 láminas y 11.300 términos en castellano, catalán, gallego y vasco, además de sus utilísimos índices, convierten esta obra en un libro fabuloso, casi inabarcable, que atesora cantidades ingentes de información y escapa a los confines de su género para convertirse en un auténtico tratado de etnobotánica y fitología de vigencia indiscutible.

INTRODUCCIÓN

¿Qué hizo el hombre desde el 1.º de enero hasta el 26 de diciembre?
Las enfermedades y los remedios
El día de los Santos Inocentes por la tarde
La Cirugía en Egipto
La Medicina griega
La «Materia médica» de Dioscórides
«El Dioscórides»
Las traducciones hispánicas del Dioscórides
Breve historia de Laguna
Méritos del Dioscórides de Laguna
Las dificultades de identificación
Causas de dichas dificultades
Las virtudes medicinales de las plantas, carácter distintivo de las especies
Condiciones en que medran las plantas, como caracteres discriminativos
El saber tradicional
El nombre popular de las plantas
Nihil novum sub sole: Los tres eupatorios de los Antiguos
Las especies de plantas
Macho y hembra en las plantas
De otros machos y hembras con menores posibilidades de acoplamiento
Las bastardias
Las figuras del Dioscórides
Para descubrir los secretos de las plantas: Signatura rerum
Señales que se basan en la forma de la planta o de sus partes
Otras señales, basadas en el color de las plantas
Signos gustativos y olfativos
Otras señales derivadas de la disposición de los órganos, no, simplemente, de su forma
Señales extrínsecas
Señales sugeridas por las condiciones del lugar en que medra la planta
Señales complejas
En la teoría de la signatura aparecen las primeras grietas
Los fallos de esta teoría y sus consecuencias inmediatas
Universalidad de la teoría de la signatura
De lo que se come se cría...
Lo probado
Finalmente
¿Cómo se descubrieron otros secretos de las plantas?
Son embargo, no siempre resulta tan fácil descubrir las cosas
Afortunadamente no siempre ocurre así
Volviendo a lo del café
Los animales, maestros de Medicina
La primera lección
Plantas venenosas y tóxicos
Las virtudes de las plantas incorporadas a los animales que las pacen
Otras formas de la Medicina primitiva: Los amuletos
Contra las verrugas
Amistades y enemistades de las plantas
Números mágicos
Mucho más razonable
Los fármacos
Filtros de amor
Los filtros tienen también sus contras
En realidad, la protección es muy antigua
La astrología
Las hierbas mágicas: versión navadense
Las auténticas plantas mágicas
Cuando los españoles conquistaron México
En busca del primer amor
El peyote
El yagé
De la administración de las plantas medicinales
En busca de lo substancial
Pero, recuerde el lector
Las mezclas
La triaca
Otro cocktail extraordinario
Con las mezclas de simples
Advertencia postrera
Los cuatro elementos... y la quinta esencia
Lo substancial se puede alterar
En busca de lo esencial
Otra quintaesencia
Un experimento con la belladona
El principio activo
En los albores de los grandes descubrimientos químicos
Las sales esenciales y la calcinación
Los alcaloides
Las virtudes de los alcaloides
El ágape de honguillos sagrados en México
Lo primero son las especies
El estudio químico
El principio activo
Estructura de la psilocibina
Estudio psico-fisiológico y clínico de la psilocibina
Conclusiones generales
Recordando la teoría de la signatura
¿Estaría satisfecho el P. Feijoo?

¿PLANTAS O PRODUCTOS QUÍMICOS?

¿Qué diría ahora María Sabina?
Planteamiento del dilema
Razones en pro de la Química
Plantas valoradas
Valoraciones biológicas
De cuando los principios activos son más de uno
El pantopon
El simple providencial
Todo parece predispuesto
De cuanto todo es bagazo
¿Cómo elabora la planta sus principios activos?
Los alcaloides ¿dónde se forman?
Los principios activos ¿dónde se localizan?
Todavía los simplicistas
Recordando de nuevo al viejecito de Boí


LAS MUDANZAS

Las medicinas de ayer y las de hoy
Las Concordias de Barcelona
Las farmacopeas matritenses y otras farmacopeas
Parodiando a Laguna
La teomicina
¿De qué especies se trata?
Las frutas
Los carminativos
Las consecuencias
Las purgas
La cosmética
En fin

EXPERIMENTACIÓN DE LOS REMEDIOS CON ANIMALES

El hermano perro
Reacciones típicas
Las arañas
Hace ya cerca de siglo y medio

DE CUANDO LA PLANTA SE PASA AL ENEMIGO

La naturaleza de las enfermedades
Finalmente se supo la verdad
Defensa contra los intrusos
El mayor éxito de la quimioterapia

CARACTERÍSTICAS DE ESTE TRATADO

El arte de curar
La fitoterapia
Nombres vulgares de las plantas
Geografía de las plantas
El 'gitam'
Los cuadrantes peninsulares
El primer cuadrante
Las especies termófilas
El 2º cuadrante peninsular
Las plantas atlánticas
El tercer cuadrante
El cuarto cuadrante peninsular
Las especies continentales
Las especies ibero-mauritánicas
De algunas especies interesantes
Recolección
Los documentos
Ilustraciones de esta obra
Las tricomías
Figuras históricas
Las plantas que se parecen por su forma tienen también parecidas virtudes
Durante el siglo I de nuestra Era
Las labiadas
Las malváceas
Las crucíferas
Las solanáceas
Otros químicos instintivos
Familias no homogéneas
Localización de los principios activos
Como quería Dioscórides
Historias clínicas de Soliva y Rodríguez
INDÍCULO (de nombres y plantas para la introducción)

LOS BACTERIÓFITOS

LAS ALGAS

Sargazo vejigoso
Iaminaria
Musgo de Irlanda

LOS HONGOS

FICOMICETES

ASCOMICETES

Sacaromicetáceas
Levadura de cerveza
Aspergiláceas
Tuberáceas
Trufa
Clavicipitáceas
Cornezuelo de centeno

BASIDOMIETES

Poliporáceas
Agárico blanco
Hongo yesquero
Agaricáceas
Pebrazo
Amanitas
Amanita muscaria
Amanita faloide
Licoperdáceas
Auriculariáceas
Oreja de judas

ROYAS

TIZONES O CARBVONES

Tizón del maíz

LÍQUENES

Pulmonaria de árbol
IIquen de Islandia
Barba de capuchino

BRIÓFITOS

Empeine
Musgo de agua

PTERIDÓFITOS

LICOPODIÍNAS

Licopodiáceas
Licopodio
Selago
Selagineláceas
Pino

ARTICULADAS

Equisetáceas
Equiseto mayor
Equiseto menor

FILICINAS

Ofioglosáceas
Lengua de serpiente
Lunaria menor
Polipodiáceas
Cabriña
Helecho macho
Lengua de ciervo
Ruda de muros
Culantrillo menor
Doradilla
Helecho común
Culantrillo de pozo
Polipodio

LOS ANTRÓFITOS

CONÍFERAS

Taxáceas
Tejo
Cupresáceas
Ciprés
Tuya articulada
Enebro
Oxicedro
Sabina
Abietáceas
Abeto
Pino marítimo
Pino albar

GNETINAS

Efedráceas
Efedra fina

DICOTILEDÓNEAS

Coripétalas
Betuláceas
Abedul
Aliso
Avellano
Fagáceas
Castaño
Haya
Robles y encinas
Jugiandáceas
Nogal
Salicáceas
Álamo negro
Sauce blanco
Moráceas
Moral
Morera
Higuera
Cannabáceas
Lúpulo
Cáñamo
Ulmáceas
Olmo
Almez
Urticáceas
Ortiga mayor
Ortiga menor
Parietaria
Lorantáceas
Muérdago
Marojo
Poligonáceas
Acedera
Bistorta
Poligono anfibio
Persicaria
Pimienta acuática
Centinodia
Quenopodiáceas
Acelga
Biengranada
Pazote
Zurrón
Vulvaria
Cenizo
Armuelle
Salicor
Fitolaccáceas
Hierba carmín
Nictagináceas
Dondiego de noche
Cactáceas
Nopal
Portuláceas
Verdolaga
Cariofiláceas
Nevadilla
Heriniaria
Arenaria roja
Alsine
Hierba de las piedras
Saponaria
Clavel
Neguilla
Cucúbalo
Euforbiáceas
Tornasol
Mercurial
Mercurial perenne
Carra
Ricino
Tártago
Buxáceas
Boj
Aristoloquiáíceas
Aristoloquia redonda
Aristoloquia larga
Clematítide
Pistoloquia
Aristoloquia bética
Rafflesáceas
Hipocístide
Lauráceas
Laurel
Rannunculáceas
Peonía
Eléboro fétido
Eléboro verde
Eléboro negro
Aguilefia
Hierba de San Cristóbal
Ajenuz
Arañuela
Acónito
Albarraz
Hepática
Pulsatila
Nemorosa
Hierba centella
Cleniátide
Cleniátide flámula
Sardonia
«Herba del mal gra»
Flor de San Diego
Celidonla menor
Adonis vernal
Berberidáceas
Agracejo
Ninfáceas
Nenúfar blanco
Nenúfar amarillo
Papaveráceas
Adormidera
Amapola
Glaucio
Celidonia
Fumariáceas
Fumaria
Caparidáceas
Alcaparra
Crucíferas
Aliaria
Mastuerzo marítimo
Pendejo
Rábano rusticano
Hierba de los anteojos
Berza
Mostaza negra
Mostaza blanca
Oruga marítima
Pan y quesillo
Berro de prado
Alhelí amarillo
Coclearia
Coclearla glastifolla
Dentaria
Oruga
Mastuerzo
Lepidio
Mostaza silvestre
Mastuerzo silvestre
Mastuerzo de Indias
Draba
Berro
Rabanillo
Rábano
Erísimo
Sofia
Matacandil
Cistáceas
Jara
Hierba sana
Tomillo morisco
Sillerilla
Drosoráceas
Drósera
Tamaricáceas
Taray
Violáceas
Violeta
Trinitaria
Gutíferas
Hipérico
Pinillo de oro
Androsemo
Crasuláceas
Hierba callera
Uva de gato
Pampajarito
Siempreviva mayor
Ombligo de Venus
Saxifragáceas
Saxífraga
Corona de rey
Corona de reina
Bálsamo
Bálsamo del Montseny
Grosellero
Parnasia
Rosáceas
Ulmaria
Filipéndula
Zarza
Frambueso
Tormentila
Cincoenrama
Fresa
Cariofilada
Pie de león
Alquimila
Alquimila arvense
Agrimonia
Pimpinela mayor
Pimpinela menor
Rosal silvestre



Rosales de flores dobles
Membrillero
Manzano
Serbal silvestre
Espino albar
Guillomo
Endrino
Cerezo
Lauroceraso
Almendro
Leguminosas
Algarrobo
Sen de España
Hediondo
Gayomba
Retama de tintoreros
Carquexia fina
Carquexia
Retama común
Tojo
Retama negra
Piorno
Gatuña
Ononis aragonesa
Alholva
Mielga
Meliloto
Trébol
Vulnerarla
Hierba del pastor
Cuernecillo
Higueruela
Galega
Espantalobos
Regaliz
Alacranera
Coletuy
Pipirigallo
Cacahuete
Garbanzo
Haba
Orobo vernal
Guija tuberosa
Judía
Timeláceas
Torvisco
Mezéreon
Lauréola
Bufalaga
Sanamunda
Bufalaga marina
Litráceas
Salicaria
Mirtáceas
Arrayán
Eucalipto
Punicáceas
Granado
Enoterdáceas
Hierba de San Antonio
Castaña de agua
Malváceas
Malva
Malvavisco
Malva real
Algodonero
Tiliáceas
Tilo
Lináceas
Lino
Lino catártico
Oxalidáceas
Aleluya
Geraniáceas
Hierba de San Antonio
Pie de paloma
Alfilerillo de pastor
Almizclera
Garagola
Tropeoláceas
Capuchina
Zigofiláceas
Abrojo
Alharma
Cneoráceas
Olivilla
Rutáceas
Ruda
Ruda montesina
Díctamo blanco
Tarraguillo
Cidro
Limonero
Naranjo amargo
Naranjo dulce
Poligaláceas
Polígala rupestre
Anacardiáceas
Lentisco
Terebinto
Zumaque
Hipocastanáceas
Castaño de Indias
Coriariáceas
Emborrachacabras
Quelastráceas
Evónimo
Aquifoliáceas
Acebo
Ramnáceas
Aladierma
Espino cerval
Espino de tintes
Pudio
Arraclán
Azufaifo
Vitáceas
Vid
Cornáceas
Cornejo
Araliáceas
Hiedra
Umbelíferas
Hidrocótila
Sanícula
Astrancia
Cardo corredor
Eringio marítimo
Perifollo
Culantro
Apio caballar
Cicuta
Comino
Apio
Perejil
Biznaga
Alcaravea
Castañuela
Anís
Pimpinela negra
Pimpinela blanca
Hinojo marino
Hinojo
Eneldo
Meo
Angélica
Pánace
Servato
Iraperatoria
Tordilio
Laserpicio
Tapsia
Zumillo
Zanahoria

SIMPÉTELAS

Plumbagináceas
Belesa
Primuláceas
Primavera
Pamplina de agua
Lisimaquia
Murajes
Pamporcino
Coris
Piroláceas
Monótropa
Ericáceas
Brecina
Rododendro
Madroiío
Gayuba
Arándano
Arándano negro
Empetráceas
Camarina
Convolvuláceas
Correhuela
Correhuela mayor
Berza marina
Cuscutáceas
Epítimo
Boragináceas
Verrucaria
Cinoglosa
Consuelda
Borraja
Lengua de buey
Licópside
Onoquiles
Pulmonaria
Mijo de sol
Hierba de las siete sangrías
Orcaneta amarilla
Viborera
Solanáceas
Cambronera
Belladona
Tabaco gordo
Beleño negro
Beleño blanco
Orovale
Alquequenje
Pimiento
Hierba mora
Dulcamara
Tomatera
Patata
Mandrágora
Estramonio
Metel
Tabaco
Escrofulariáceas
Gordolobo
Cimbalaria
Dragón
Escrofularia
Escrofularia acuática
Escrofularia canina
Cracíola
Verónica
Ontinilla
Becabunga
Anagálide acuática
Verónica arvense
Digital
Digital amarilla
Corrigia
Eufrasia
Escuamaria
Lentibulariáceas
Grasilla
Gesneriáceas
Oreja de oso
Acantáceas
Akcanto
Verbenáceas
Verbena
Sauzgatillo
Luisa
Labiadas
Búgula
Iva
Pinillo
Escorodonia
Camedrio
Teucrio amarillo
Maro
Teucrio pirenaico
Zamarrilla
Romero
Tercianaria
Espliego
Alhucema
Cantueso
Marrubio
Siderítide
Hisopillo
Rabo de gato
Nébeda
Hiedra terrestre
Consuelda menor
Toronjil silvestre
Candilera
Matagallo
Ortiga muerta
Agripalma
Marrubio negro
Betónica
Hierba de la perlesía
Ortiga hedionda
Salvia
Salima basta
Amaro
Oropesa
Salvia de prados
Gallocresta
Toronjil
Ajedrea
Ajedrea fina
Ajedrea blanca
Colicosa
Calamento
Clinopodio
Té de Sierra Nevada
Hisopo
Orégano
Mayorana
Tomillo
Seerpol
Menta de lobo
Menta
Hierba buena
Mentastro
Poleo
Poleo cervuno
Tomillo cabezudo
Albahaca
Albahaca fina
Globularidceas
Coronilla de fraile
Globularia menor
Globularia mayor
Plantagináceas
Zaragatona mayor
Zaragatona
Llantén menor
Fstrellamar
Llantén mediano
Llantén mayor
Gencianáceas
Centaura menor
Genciana
Meniantáceas
Trébol de agua
Apocináceas
Adelfa
Vincapervinca
Alcandórea
Asclepiaddceas
Matacán
Vencetósigo
Oleáceas
Orno
Fresno
Olivo
Aligustre
Rubiáceas
Aspérula olorosa
Hierba de la esquinancia
Amor de hortelano
Galio
Rubia
Caprifoliáceas
Saúco
Yezgo
Durillo
Valerianáceas
Valeriana
Milamores
Dipsacdceas
Cardencha
Escabiosa mordida
Escabiosa
Esabiosa marítima
Cucurbitdceas
Nueza
Cohombrillo amargo
Coloquíntida
Calabacera
Campanuláceas
Rapónchigo
Lobeliáceas
Matacaballos
Compuestas
Subfamilia de las tubulifloras
Rupatorio
Vara de oro
Maya
Pie de gato
Leontoño
Perpetua
Helenio
Coniza
Inula montana
Olivardina
Olivarda
Té de Aragón
Pulicaria
Cadillo
Cachurera menor
Girasol
Aguaturma
Chinchilla
Abrótano hembra
Manzanilla romana
Manzanilla bastarda
Milenrama
Hierba estomutatoria
Agerato
Algodonosa
Manzanilla
Manzanilla fina
Matricaria
Tanaceto
Hierba de Santa María
Artemisa
Manzanilla real
Ajenjo moruno
Ajenjo
Ontina
Ajenjo marino
Fárfara
Árnica
Hierba cana
Hierba de Santiago
Maravilla
Maravilla silvestre
Carlina angélica
Lampazo mayor
Lampazo menor
Cardo
Alcachofera
Cardo marino
Cardo vesquero
Centaura áspera
Calcítrapa
Aciano
Cabezuela
Alazor
Cardo arzolla
Cardo santo
Subfamilla de las ligulifloras
Cardillo
Achicoria
Iámpsana
Raspayaso
Ienguaza
Escorzonera
Salsifí
Condrila
Diente de león
Cerraja
Lechuga silvestre
Vellosilla

MONOCOTILEDÓNEAS

Alismatdceas
Alisma
Potamogetonáceas
Alga de vidrieros
Liliáceas
Cólquico
Vedegambre
Áloe
Purga de pobres
Ajo
Cebolla
Martagón
Azucena
Leche de gallina
Esella
Esparraguera
Rusco
Poligonato
Convalaria
Uva de raposa
Zarzaparrilla
Amarilidtíceas
Paneracio
Narciso
Iridáceas
Azafrán
Lirio
Ácoro bastardo
Lirio hediondo
Dioscoreáceas
Nueza negra
Ciperáceas
Juncia avellanada
Gramíneas
Arroz
Calla
Trigo
Centeno
Cebada
Zizafia
Grania de las boticas
Avena
Tortero
Grama
Caña de azúcar
Maíz
Musdáceas
Plátano
Orquídeas
Palmáceas
Palmito
Palmera
Aráceas
Aro
Dragontea
Lemnáceas
Lenteja de agua

BIBLIOGRAFÍA
ÍNDICE DE LAS VIRTUDES DE LAS PLANTAS
ÍNDICE ALFABÉTICO



Parte superior de la página Contraportada

Publicado por primera vez en 1961 y reeditado desde entonces varias decenas de veces, vademécum imprescindible para especialistas y aficionados, Plantas medicinales, el libro que Pío Font Quer (Lleida, 1888-Barcelona, 1964) escribió hace más de medio siglo, y que Península recupera aquí en una edición renovada, conmemorativa de los 50 años de la muerte de su autor, supone un hito no superado en el género y sigue siendo hoy un manual de referencia indispensable para farmacéuticos, médicos, veterinarios, herbolarios y naturistas. Sus más de 1.000 páginas, 678 especies reseñadas, 752 figuras originales, 58 mapas, 33 láminas y 11.300 términos en castellano, catalán, gallego y vasco, además de sus utilísimos índices, convierten esta obra en un libro fabuloso, casi inabarcable, que atesora cantidades ingentes de información y escapa a los confines de su género para convertirse en un auténtico tratado de etnobotánica y fitología de vigencia indiscutible.

Contraportada edición tradicional:

Ediciones Península se enorgullece de acoger en su catálogo Plantas medicinales, una obra que, por su ambición y su envergadura, no tiene parangón dentro e incluso fuera de España. Tras más de veinte años de acopio de materiales y de investigaciones exhaustivas, el doctor Pío Font Quer nos ofrece una completísima guía de plantas medicinales (con más de 678 especies reseñadas), en la que atiende no sólo a la descripción, amplia e inteligible, de dichas plantas sino también a su identificación fehaciente y satisfactoria. Siendo estos los mayores logros del libro, no lo son menos el extenso índice de los nombres vernáculos de las plantas medicinales, su composición química, sus virtudes terapéuticas, su modo de empleo y un repaso de los estudios sobre cada especie desde los tiempos del médico griego Dioscórides (siglo I) y sus comentaristas Pietro Andrea Mattioli y Andrés Laguna.

El texto propiamente dicho va precedido de una extensa introducción en la que se refiere minuciosamente la teoría de la signatura, la hipótesis de trabajo que sirvió para los primeros ensayos acerca de de las propiedades sanativas de las plantas y las principales vicisitudes por las que ha pasado el conocimiento de los remedios vegetales desde los tiempo antiguos hasta la actualidad.

Realzada por su amplísima información gráfica y geográfica, que no deja ninguna especie importante sin su correspondiente figura, Plantas medicinales es un vademécum imprescindible no sólo para farmacéuticos, médicos, veterinarios, herbolarios y naturistas sino también para todas aquellas personas que deseen confeccionar sus propios remedios caseros.

Parte superior de la página Prólogo del libro

Hace ya cerca de veinte años que con don José Fornés, codirector gerente de esta editorial, habla- mos de la publicación de este libro. Debía tener carácter popular y precio módico, y debía ilustrarlo Eugenio Sierra. Pero esta misma Editorial Labor solicitó mi dedicación a otras empresas, y hubimos de publicar las traducciones del «Tratado de Botánica» de Gola, Negri y Cappelletti en 1943; el «Tratado de Botánica sistemática», de Wettstein, en 1944; los dos tomos que a modo de apéndices se añadieron al «Tratado de Farmacia práctica» de Hager, en 1948; el «Diccionario de Botánica» en 1953; una «Historia Breve de las Ciencias Naturales» y la «Botánica» de la Enciclopedia Labor en 1956; nueva traducción, ya agotada por segunda vez, del «Tratado de Botánica» de Gola, Negri y Cappelletti, en 1959 ... aparte la revisión de otros numerosos textos. Y para otras editoriales fue preciso traducir el «Tratado de Botánica» de Strasburger, 3.« edición española y la 4.» edición argentina en 1949; así como redactar aquel extenso capítulo dedicado a «La Vegetación» para la «Geografía de España y Portugal» de Manuel Terán, en 1954; la «Flórula de los Valles de BoÍ», para el Instituto de Estudios Ilerdenses, en 1948; la «Flórula de Cardó», en 1950, y escribir y dirigir la parte gráfica de la misma, la «Botánica pintoresca», que vio la luz en 1958.

Desde tan lejanas fechas se viene trabajando en la preparación de este «Plantas medicinales», y aque- lla obrita elemental que con el amigo Fornés habíamos imaginado preparar se nos ha convertido, casi sin querer, en esta ofrecida hoy al público, que rebasa con mucho el millar de grandes páginas.

Este aumento, insospechado al principio, pudimos presentirlo a poco de empezada. Porque si queríamos dar descripciones acabadas de las especies medicinales, ya menudo con circunloquios obli- gados para facilitar su comprensión a los no versados en terminología botánica; pormenores detallados de las condiciones en que medra la planta y de las localidades en que se cría para facilitar su recolección a cuantos quieren obtener las especies por sí mismos; relación de los principios curativos y de su localización en el vegetal; datos, lo más completos sobre sus virtudes; para terminar con la historia de la planta en sus relaciones con el arte de curar, por lo menos a partir de Dioscórides, y tomando del de Andrés de Laguna cuanto de profundo o gracioso contiene este famoso autor renacentista, forzosamente tenía que salimos muy amplificado nuestro primer humilde proyecto.

Tanto más por cuanto el deseo de hacer asequible a la mayoría de nuestras gentes la comprensión de estos textos nos obligaba a una representación gráfica de las plantas lo más completa posible; esto es, a dar una figura, si no más de una, para cada especie vegetal y aun a representar las plantas medicinales de mayor importancia con sendas acuarelas reproducidas con la mayor fidelidad.

Finalmente, la nomenclatura popular, tan extensa, que ha acogido cerca de 11.300 nombres en castellano, portugués y gallego, catalán y vascuence, ha venido también a ampliar considerablemente los textos.

Naturalmente, la descripción minuciosa de las 678 especies de este tratado requería una introduc- ción adecuada, que diese a conocer las vicisitudes del arte de curar a través de los tiempos, los afanes del hombre en busca de sus remedios, sus universales e inevitables desvíos, el progreso de la medicina facultativa basada sobre todo en los de la química mediante la farmacología, para damos cuenta, en definitiva, de que las plantas, que fueron los primeros remedios del hombre, pueden continuar mereciendo su confianza por su condición de fabricantes de sustancias químicas sanativas, que elaboran sin descanso, de día y de noche, y almacenan en su seno. Las especies del Dioscórides, en tiempo de Cristo, son las mismas de hoy, y elaboran las mismas sustancias. Lo que ha variado es el conocimiento preciso de ellas y de sus virtudes y la manera de administrarlas en cada caso.

«Entre las felicidades suyas -nos dice Laguna en la pág. 4 de la »Anotación« con que empieza los textos de su Dioscórides- se puede alabar nuestra España que, si en alguna parte los hay, ella, cierto, contiene en sí muchos médicos y boticarios excelentísimo s, los cuales harían muy gran ventaja a todos los del mundo universo si, con las otras gracias y virtudes que tienen, se diesen un poco más a la cognición de la materia medicinal...»

Cuatro siglos después de escritas estas palabras renovamos y ponemos al día el Dioscórides con los mismos deseos; pero limitándolo al conocimiento de la flora mediterránea occidental, con medios de difusión y de persuasión muy superiores a los del Renacimiento.

Y nos dirigimos a todos, no sólo a los médicos y farmacéuticos, sino a cuantos se interesan en el estudio de las plantas y de sus virtudes.

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