El corporativismo ¿no es una idea obsoleta A partir de 1945, Europa rechazó de manera explícita el concepto, la palabra y las teorías que abarca. Esto es tan cierto que, aunque ligados al corporativismo de asociación, la mayoría de los representantes del catolicismo social prefirió emplear la expresión más neutra de organización profesional, la cual no implica un sistema concreto. Los autores del libro demuestran todo lo contrario. Massimo Magliaro opone con facilidad la ideología (sistema de pensamiento cerrado y utópico) a la doctrina (sistema abierto de valores encarnados en una comunidad de sentido). Así, considera el corporativismo como una doctrina bimilenaria cuyos orígenes se remontan a los colegios (de oficios) de la Roma republicana de la antigüedad. Gabriele Adinolfi nos recuerda, a propósito del corporativismo, que la propaganda de izquierda siempre lo ha utilizado para señalar el egoísmo de categoría que haría imposible la lucha colectiva. Insiste, en particular, en la experiencia corporativista del Ventennio mussoliniano. Explica que, en el momento álgido de la gran crisis de 1929, la Italia